viernes, 23 de febrero de 2018

¿Te acuerdas de Oleg Salenko?



- Ya no se ven jugadores así. El Club Deportivo Logroñés descubrió un día a un talento ruso que se inflaba a marcar goles con el Dynamo de Kiev. El Valencia comprobó de primera mano su talento realizador y aprovechó para llevárselo, y años más tarde reaparecería para jugar en Segunda con el Córdoba C.F.

Oleg Anatólievich Salenko (Оле́г Сале́нко) es muy conocido en España, pero también llegó en otras ligas, por supuesto. Compitió en las ligas de Escocia, Polonia y Turquía, después de destacar con el Zenit de San Petersburgo, equipo que se encargó de su preparación.
No era un delantero centro cualquiera. Tenía una habilidad tremenda para olerse los goles. Buscaba huecos de cualquier sitio y se marchaba de sus rivales con facilidad. Oportunista como ninguno, este atacante hacía goles hasta con la rabadilla. Era bueno por alto, por bajo, regateando y hasta casi sin moverse. Cuando lo vi por primera vez pensé que llegaría a jugar en equipos de más renombre.

Aún así, no se puede quejar de la trayectoria que tuvo, esa que le hizo internacional con las selecciones de la URSS, Rusia y Ucrania. Salenko nació en Leningrado (Rusia), el 25 de octubre de 1969, pero también posee la nacionalidad ucraniana.

Empezó formándose en la Academia Deportiva del Zenit (Smena Leningrad), en la que ya a mediados de los ochenta despuntaría claramente. Por esa razón ascendería al primer equipo en 1986, ya preparado para estrenarse en la liga soviética, en la que dejaría diez goles en sus tres primeros años como profesional.
Entre 1989 y 1992 jugaría para el Dynamo de Kiev, con el que viviría ese cambio soviético antes de nacer la liga ucraniana. Hizo 28 goles en sus poco más de 90 partidos, algo que sorprendió a muchos clubes extranjeros, que empezarían a ofertar por el jugador.

Salenko se fue a España para jugar en un superviviente de la Liga Española como el Logroñés. Debuto en la "Liga de las Estrellas" el 14 de febrero de 1993, en un partido celebrado en Balaídos frentes al Celta que acabó con 2-0 para los vigueses.

El delantero ruso no tardaría en demostrar su hambre de gol, ya que en la siguiente jornada anotaría su primer gol para el equipo de Las Gaunas, un tanto que sentenciaría el encuentro ante el Sevilla (2-0). Ese mismo año sumaría seis goles más para cerrar su medio año sorprendiendo a todos los medios por su facilidad de ver puerta.
Al año siguiente continuó en buena línea al anotar dieciséis veces en 31 partidos, por lo que el Valencia se haría con sus servicios tras contemplar que Oleg había completado un sobresaliente papel en la Copa del Mundo.

Sin embargo no cuajaría durante su estancia en el club de Mestalla. Razones extradeportivas harían que Salenko saliese por la puerta de atrás de la entidad valenciana, eso sí, habiendo registrado sus últimos siete goles en la Liga Española.

Se fue a Escocia para jugar en los Rangers de Glasgow pero no tardaría en regresar a España. Después de lucir su talento como goleador con los escoceses y en la liga turca con el İstanbulspor, comenzaría el extraño declive del atacante.
Al ruso no le quedó otra que empezar desde abajo. Fichó por el Córdoba a finales de los noventa y allí estuvo compitiendo en la Segunda División. Sus años de inactividad le pasaron factura y no pudo pasar de los tres partidos con la escuadra andaluza, con la que además no pudo hacer gol.

Las lesiones y su cabeza le obligaron a retirarse en la liga polaca. Aquel delantero que asombró en España acabaría raspando unos minutos jugando para el Pogoń Szczecin, con el que puso final a su carrera durante el curso 2000\01 a sus 32 años.

Salenko es el único jugador que ha marcado cinco goles en un mismo parido de la Copa del Mundo.

- Nadie debe olvidar que Salenko fue uno de los delanteros más efectivos que se han visto en España durante la década de los noventa. A esto hay que añadirle su repertorio internacional, en el que completó un historial de once goles en trece partidos jugados con las selecciones de la URSS, Rusia y Ucrania.

Todos los goles que hizo para la selección rusa los hizo en el único Mundial al que asistió, el de USA 94. En esta participación batió el récord de ser hasta entonces el único jugador capaz de marcar cinco goles en un mismo partido, en el partido de la fase de grupos frente a Camerún. Por si fuera poco, Oleg compartió la Bota de Oro con el búlgaro Hristo Stoichkov al acabar ambos delanteros como máximos goleadores del campeonato con seis goles.

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