- No tuvo mucha historia aquella Unión Soviética de España 82, en la que el equipo cayó en la segunda fase de grupos del torneo internacional. Tampoco la tendría Oleg Ivanovich Romantsev (Олег Романцев), un poderoso defensa central que ni siquiera contó para Konstantin Beskov en los cinco partidos que disputó aquel añorado combinado de la URSS.
La experiencia internacional de Romantsev duró bien poco, pues en dos años solamente jugaría nueve encuentros internacionales tras representar a su país en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Allí es donde pudimos conocerle mejor.
Nació el 4 de enero de 1954 en la ciudad de Gavrilovskoye, perteneciente a la región rusa de Óblast de Riazán (Antigua Unión Soviética). Tras una extensa carrera jugando para el Avtomobilist Krasnoyarsk y Spartak de Moscú, se retiró para ejercer de entrenador en varios clubes de fútbol.
Era un defensa seguro, técnico y bastante ordenado. Casi siempre actuó como defensa central, posición en la que fue madurando hasta convertirse en uno de los mejores zagueros de su país. Sus primeros pasos en un modesto club llamado Metallurg.
La vida de Oleg no fue nada fácil. Además de tener que trasladarse constantemente de un sitio a otro desde muy joven, su vida laboral se inicia a los doce años en Krasnoyarsk, donde empezaría a trabajar en una fábrica de construcción de viviendas.
Su padre abandonó a la familia tras separarse de la madre, lo que causó que nuestro protagonista tuviera que hacerse cargo de todo como cabeza de familia. En sus ratos libres jugaba al fútbol, cuando fue descubierto por ojeadores Avtomobilist que le invitaron a hacer pruebas con el club.
Superó las pruebas con el equipo de Krasnoyarsk y así pudo cambiar un poco su vida, que hasta entonces estaba acostumbrado a ganar cuarenta rublos mensuales. A comienzos de los setenta, el joven Oleg ingresaría en la cantera del extinto club ruso.
Por entonces, el Avtomobilist competía en la categoría de plata soviética, en la que Romantsev sorprendió por sus inicios como goleador jugando de extremo, y es que el ruso marcó un tanto en su debut y otros dos tantos una jornada después.
Se ganó la titularidad desde el principio, aunque con el paso del tiempo se iría perfilando como zaguero, ocupando a veces el flanco izquierdo como lateral hasta que se consolidó en la posición de defensa central más adelante.
Romantsev se hizo un buen nombre en la liga soviética, participando con el Avtomobilist en un total de sesenta partidos en los que registró diez tantos. Aquellos maravillosos inicios hicieron que muchos clubes pretendiesen hacerse con los servicios del joven zaguero, incluso se le llegaría a relacionar con el Dinamo de Kiev.
Finalmente ingresaría en el prestigioso Spartak de Moscú, por el que firmó contrato en 1976 para afrontar mayores retos en la competición soviética. Hijo de un gerente constructor de carreteras en Moscú, y acostumbrado a vivir en diferentes lugares de la geografía rusa, Oleg se acabaría afincando en la capital rusa.
Con el equipo capitalino conquistaría el título liguero de 1979, así como una Copa Soviética. Sus esfuerzos se verían recompensados con la llamada del seleccionador Beskov, quien acabaría llevándolo al Mundial de España en 1982.
Tras participar en los Juegos Olímpicos de Moscú, Romantsev acudió al Mundial de España 82. |
- Acudió a la cita mundialista pero no tuvo ninguna opción de debutar en un torneo en el que todos quieren jugar. Anteriormente había formado parte de la escuadra soviética en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, y con el equipo absoluto de la URSS llegaría a participar en un total de nueve encuentros desde que debutó a comienzos de la década.
En total, Oleg Romantsev jugaría 240 partidos a nivel de clubes en los que registró 16 goles. Capitaneó a aquel Spartak de Moscú al que posteriormente entrenaría para ostentar el increíble récord de conquistar ocho títulos de la liga rusa de forma consecutiva.
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