Suecia 1958: El primer Mundial de la URSS.

- Desde que se estrenó la Copa del Mundo en Uruguay (1930), la selección de la Unión Soviética se quedó sin pase para los eventos mundiales de Italia (1934), Francia (1938), Brasil (1950) y Suiza (1954). La primera experiencia de la URSS llegaría en 1958, con sede mundialista en Suecia, y todo sería gracias a la eliminatoria frente a Polonia, de la que los rusos saldrían victoriosos.

Todo estaba dispuesto para el debut mundialista de la selección roja, que desde 1955 contaba con el técnico Gavriil Kachalin como director de la orquesta soviética. Éste confeccionó una lista con los mejores jugadores del país, quedando conformada de la siguiente manera:  Lev Yashin, Maslachenko y Belyayev como porteros; Kesarev, Krizhevski, Kuznetsov, Ostrovski, Maslyonkin y Yerokhin como defensas; Voinov, Igor Netto y Tsarev como medios; Apukthin, Valentin Ivanov, Simonyan, Salnikov, Aleksandr Ivanov, Ilyn, Bubukin, Gusarov, Faliny Fedosov como delanteros.

Partido entre la Unión Soviética y Brasil.

- Antes de poner rumbo a tierras nórdicas, los rusos conocieron de antemano los rivales de su grupo. Éstos mostraron su descontento con el sorteo realizado, ya que en su grupo D quedaron citados con Inglaterra, Austria y la mismísima Brasil de Pelé. Sin más por hacer, la URSS se preparaba para debutar en su primer Mundial de fútbol.
Dicho debut llegó el 8 de junio de 1958, a las siete de la tarde en el Ullevi Stadium de Gotemburgo. El primer equipo nacional en medirse a los soviéticos fue el de Inglaterra, que entre sus filas contaba con jugadores como el meta Colin Mc Donald, Don Howe, Billy Wright o Bobby Robson. Por su parte, Kachalin alineó a los siguientes: Yashin, Kesarev, Krizhevsky, Kuznetsov, Voinov, Tsarev , V. Ivanov, A. Ivanov, Simonyan, Salnikov e Ilyin.
Los rusos empezaron con un gran ritmo, adentrando dos balones en la meta de Mc Donald gracias a los certeros disparos de Nikita Simonyan y Aleksandr Ivanov. A partir de ahí llegaría el momento del mítico Yashin y sus asombrosas paradas, aunque finalmente acabaría encajando los tantos de Kevan y Finney, que establecerían el definitivo dos a dos en el marcador.

Tres días después llegaría el siguiente escollo, aunque los rusos no sufrirían mucho para superar a la escuadra austríaca, que saldría derrotada por 2-0 en Borås. Los tantos de Ilyn y Valentin Ivanov fueron suficientes para aguardar el más dificultoso obstáculo de enfrentarse a Brasil, siguiente rival de la URSS.
Pero para el equipo carioca no hubo rival. En un partido de poca inspiración goleadora del gran Pelé surgió la figura de Vavá, quien fue capaz de batir por dos veces a Yashin para certificar el pase a cuartos. La Unión Soviética tardaría noventa minutos en conocer su clasificación a la siguiente ronda.

Debido al empate a puntos entre la URSS e Inglaterra, ambas selecciones tuvieron que citarse en Gotemburgo para dar el paso a cuartos. El 17 de junio tendría lugar el enfrentamiento europeo, del cual saldría ganador el conjunto soviético tras imponerse por 1-0 merced a un tanto conseguido por Anatoli Ilyn.

La escuadra rusa seguiría maldiciendo su suerte tras conocer a su rival de los cuartos de final. El destino quiso emparejarles con Suecia, la anfitriona del torneo que hasta entonces había tenido un gran papel en el torneo. Para este enfrentamiento hubo que aguardar tan solo dos días después de aquel partido de desempate, por lo que los rusos partirían en clara desventaja debido a un mayor cansancio.

Inglaterra y la URSS tuvieron que jugar un partido de desempate para conocer su pase a cuartos. 

- El choque tendría lugar en el Råsunda Stadium, perteneciente a la ciudad de Solna. Los suecos fueron superiores y lo dejaron claro con los tantos de Hamrin y Simonsson, quienes firmarían el definitivo 2-0 que apearía a la URSS del Mundial. No habría más historia en el primer torneo intercontinental de los soviéticos.

La propia Suecia sería la que llegaría a la final para medirse a la formidable Brasil. Los sudamericanos se llevarían la Copa del Mundo tras imponerse por 5-2. Sería el primer título importante para el legendario Pelé, quien junto al meta ruso Yashin protagonizó uno de los duelos más atractivos en la historia del balompié.